Los Peelings Químicos son tratamientos que se realizan desde hace muchos años para tratar diversas alteraciones de la piel. Su finalidad es la reparación y regeneración de la piel, mediante la eliminación de las capas cutáneas desde la superficie a la profundidad, en función del tipo de peeling elegido. El daño por exposición solar, arrugas, marcas del acné, estrías y pigmentación irregular pueden ser tratadas con esta técnica no invasiva.

Los peelings químicos se han usado por muchos años para el rejuvenecimiento, al producir una acción química controlada sobre las células de la piel, con la consecuente regeneración del epitelio cutáneo, mejorando así la textura, el color y las arrugas finas. Se clasifican en tres tipos (basándose en la profundidad que alcanza el químico dentro de la piel) Superficiales, Medios o Profundos. En nuestra experiencia los peelings superficiales seriados son lo más demandados, debido a su seguridad, y que los pacientes pueden seguir trabajando o realizando sus labores habituales. Estos se indican principalmente en fotoenvejecimiento, ya que en caso de arrugas moderadas, los efectos son limitados. La penetración del peeling no solo depende de la sustancia utilizada, sino de su concentración, pH, tiempo de aplicación, preparación previa del paciente con retinoides tópicos y despigmentantes y del estado de la piel antes del procedimiento.